jueves, 25 de agosto de 2011

lo que vale la pena II

antes: lo que vale la pena

Una cosa fue clara: tenía que no esconderme más. No reprimirme, no fingir, no hacer lo que no quiero hacer. No ser sumisa.

Así las cosas se fueron aclarando de a poco...

¿Quién soy?
Soy una persona única.
Soy alguien que se equivoca a menudo (más de lo prudente), pero que es capaz de aprender de las equivocaciones.
Soy flexible, me opongo a aquello obstinado, intransigente o voluntarioso. No niego que a veces he sido aquello que me disgusta... pero no quiero ya odiarme más, quiero que ese pensamiento me impulse a mejorar como persona. Por eso trato de estar con la mente abierta y sensible a escuchar otras ideas.
No soy pertenencia de nadie, pertenezco a mí misma. Pero soy capaz de compartir mi vida con personas que amo.
Me preocupo cuando veo sufrir a alguien. Aún más si yo soy la causa. Me propongo hacer lo que me sea posible para detener ese sufrimiento.
Soy enojona, exploto fácilmente.
Soy cobarde, evito los conflictos hasta que es demasiado tarde.
Soy curiosa, me gusta entender y darle vueltas a las cosas, hasta saciar mi hambre de respuestas.
Estoy vertida hacia adentro. Me quedo con mis sentimientos a solas y los analizo con violencia. No los comparto con cualquiera. Sólo los comparto con aquellos que creo que sabrán escuchar, apreciar y aceptarlos.
Yo soy una persona y merezco respeto, y tengo el deber de respetar a otros.

¿Qué es lo que quiero?
Quiero ser yo misma y vivir mi vida. Quier cometer mis propios errores. Sufrir y/o reír cuando sea necesario.
Quiero estudiar y trabajar. Quiero aprender y saciar mi curiosidad de vida.
Quiero recibir lo que me de la vida y arreglármelas lo mejor posible con lo que tengo.
Quiero ser aceptada y comprendida, respetada a pesar de mis defectos.
Pero no quiero ser juzgada. Quiero construir yo misma mi vida y compartirla, pero no quiero que alguien pretenda construir mi vida en mi lugar.

lo que vale la pena

Palabras... para mí son como agujas (o espadas) de hielo. Me hieren a mí y, lo que es peor, hieren a otros.
A veces logro controlarlas, a veces no.
El asunto es que esas palabras desbocadas me han empujado a la situación actual... y debo hacer algo antes de que sea demasiado tarde (siento que voy corriendo contra el reloj).

No para justificarme, pero para desahogarme, explicaré mi historia:

Hace poco me fui de viaje. La idea era conocer lugares, sabores, colores, gente nueva... Pero para mi sorpresa conocí algo aún más importante: me conocí a mi misma.
Supe quien era yo. Mejor dicho, acepte a mi yo que siempre había llevado conmigo, pero que había ignorado por mucho tiempo.
Sin embargo, esta yo se encontraba más confundida que nunca. Dado que no era la misma de antes, ¿cómo se supone que debía actuar ahora? ¿cuál el camino a seguir?

Volví de mi viaje y mis dudas se acrecentaron ¿qué es lo que quiero? ¿qué es lo que no quiero?